Al nacer Jaime, Vera se ha dado cuenta de lo mayor que es ella. Hay un montón de cosas que hacen los bebés que ella ni remotamente se le ocurriría hacer, como por ejemplo ponerse un babero en un restaurante. Supongo que algunos habreis intentado ponerle a un niño una servilleta metiendo el pico por el cuello de la camiseta, y sabeis cuánto tiempo dura allí puesta. NADA.
Pues se me ha ocurrido una cosa magnífica que le encanta ponerse.
Con dos pinzas de las que venden para colgar los trapos de cocina.
y una pulserita mona que no recuerdo de qué la tengo.
Se atan las pinzas a los extremos de la pulsera
Y cuando llegas al restaurante solo tienes que pillar la servilleta como hacen nuestros queridos dentistas con la toallita que ponen para las salpicaduras.
TACHAN!!!!! y como la pulserita tiene cascabeles cada vez que se mueve le suenan y no se lo quiere quitar en toda la comida.
P.D. seguro que esto lo leerá algún chino y me lo copiará y dentro de unos meses lo vereis en todos los "todoacienes"
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