miércoles, 7 de octubre de 2009

Castillo de Albarañez

Como tengo que empezar de alguna manera escribire del tema que ultimamente ocupa mi "celebro".

La primera vez que me llevaron a este pueblo esperaba ver un castillo de verdad y me encontre esto:












Pero en mi interior no me conformaba con que aquello fuera un cerro de piedra y me dio por buscar un poco. Esto es lo que encontré:

la villa fue reconquistada en tiempos de Cid Campeador, de las cuales quedo como señor de la villa el capitán Alvar Fañez de Minaya primo del Cid Campeador, quedando este como señor de la villa y construyendo una fortaleza de la que más adelante la villa tomo el nombre.







Sin duda, el mismo origen tiene el nombre de cerro de Albaráñez en la próxima localidad de Huete o el propio topónimo de Castillo de Alvaráñez para otro pueblo de la cercana provincia de Cuenca.

Hay constatación documental de la existencia de las ruinas del mencionado castillo a finales del siglo XVIII, según aparece en el manuscrito de don Carlos Moreno Colmenar, de 1787:

Aunque no se sabe quien le fundó (sc. El pueblo de Salmerón), ni el motivo, no se duda de su Antigüedad por las ruinas de varias Fortalezas que ha tenido como son: la que a principios de este Siglo se acabó de arruinar situada en una mediana elevación dominando la entrada principal del Pueblo por el Llano: y otra que se advierte en el cerro que llaman de Albaráñez, que domina lo restante de la Vega y parece verosímil tendría conexión con la que havía cinco leguas de esta en el Pueblo que hoy se llama el Castillo de Albaráñez, denominado aunque con alguna corrupción de voz de aquel antiguo Capitán Alvar-Fañez, que en tiempos del Rey dn. Alonso anduvo por esta Tierra.

Los unicos restos del castillo son las cuevas subterraneas que se han venido utilizando durante siglos, al igual que muchas otras en toda la villa, para almacenar el vino en gigantescas tinajas.










En el pueblo cercano de Salmerón cuentan como leyenda que en el cerro de Alvarañez existe una "mora encantada" que cada cien años se dejaría ver por aquel que por allí se encuentre. Curiosamente se decía, allá por los años 50 ó 60 del siglo XX, que por aquel entonces la mora del cerro se había aparecido a un pastorcillo. Las características físicas de este personaje legendario son descritas por algunos de la siguiente manera: la mora aparece como una mujer muy hermosa, con el pelo suelto y largo, y, en ocasiones, acompañada de un perro. Esta leyenda se inserta en un grupo de tradiciones diseminadas por toda la geografía española en fecha posterior a la reconquista, con presencia de diversas "cuevas de la mora" o "cerros de la mora". Otra leyenda dice que en las cuevas de San Román, situadas en la mitad de la pared de un cerro inexpugnable, se habría refugiado el "jefe moro" una vez que los cristianos reconquistaron el territorio, y allí habría dejado sus tesoros ocultos en grandes tinajas.

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