lunes, 3 de enero de 2011

mi madre lo arregla toro, toro y toro

Las pin y pon han cambiado desde mi tierna infancia, pero hay una cosa que conservan:
que se les saca el pelo para intercambiarlo con las otras muñecas ( que diriá el ministerio de sanidad si lo descubre, ya culparon a la barbie de causar anorexia... a dónde vamos a llegar...)

Paradme que me enrollo, a las muñecas alopecicas estas se les cae el pelo cuanto menos te lo esperas y si te pilla en la calle lo mas probable es que el cacho plástico se te vaya a una alcantarilla. y no me acuseis de no reciclar que fue involuntario.

vease que la muñeca quedó asi
 tras el disgusto inicial. me pongo al atardecer con el puño en alto y pongo a Matel por testigo de que esta muñeca no volverá a descerebrarse.
 lástima que en su dia no hice fotos del proceso pero viene a ser asi:
se coge un corcho de champán se le corta el cabezón, con cola de carpintero (cola blanca de cole) se van pegando hebras de cordel debidamente colocadas (a no ser que queramos darle un aspecto desenfadado a lo LLongueras)
 y finalmente se sujeta todo con una cinta alrededor con un nudo fuerte (no hay miedo no le va a doler la cabeza)
  

a que está chula, si hasta sonrie con un brillo especial en los ojos.

3 comentarios:

  1. Por favor, basta ya, es que me parto de risa.
    Y me hincho de orgullo, eso también.

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  2. Fantastico el rollo rastafari que se le ha quedado a la muñeca (aunque a mi tambien me gustan más las antiguas)

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